Sus muros han recibido obras de Diego Rivera, Rufino Tamayo y David Alfaro Siqueiros…
Más allá que jactarse de ser un museo o una galería, el Salón de la Plástica Mexicana se constituye como una institución, que desde mitad del siglo XX se ha dedicado a promover lo más representativo del arte contemporáneo mexicano. Y es que desde su creación, el recinto se ha comprometido a promover el trabajo de los artistas mexicanos, pues sus muros fungen como escaparate de un mercado mucho más amplio.
El objetivo principal del Salón es crear un gremio activo, es decir, fomentar las exhibiciones y al mismo tiempo promover la venta de obras, sobre todo, piezas contemporáneas.
Pese a que se trata de una dependencia del Instituto Nacional de Bellas Artes, este espacio funciona de manera autónoma. La idea es mostrar el arte nacional como algo accesible, es por esto que las piezas expuestas suelen venderse a precios no muy elevados. De esta manera, tanto el público en general como los grandes coleccionistas pueden acercarse al Salón a adquirir loables obras.
Su historia se remonta a 1949, cuando el gobierno de México y otros empedernidos del arte como Fernando Castro Pacheco, Rina Lazo y Arturo García Bustos decidieron fundar un espacio que exhibiera exclusivamente obras plásticas de artistas mexicanos. Su primera directora fue Susana Gamboa, y la primera exposición que dieron a conocer fue de Feliciano Peña, uno de los primeros artistas que rompió con el muralismo, una tendencia predominante en la época.
Lo bueno del Salón es que da cabida a toda clase de arte plástico. Por sus muros han pasado grabados, acuarelas, óleos y esculturas, no solamente de artistas mexicanos consolidados, sino también del talento emergente que innova en cuanto a técnicas y temáticas.
Cabe mencionar, que el SPM ha sido fuente relevante de piezas para instituciones como el Museo de Arte Moderno. Y es que sus paredes han albergado pinturas de artistas como David Alfaro Siqueiros, Dr. Atl, Jorge González Camarena, Frida Kahlo, Juan O’Gorman, Pablo O’Higgins, Diego Rivera, Rufino Tamayo, entre otros.
Lo cierto es que el Salón puede presumir de la calidad en las exposiciones de monta, pues ya sean colectivas o personales, todas deben pasar por un proceso de aprobación. Los artistas que deseen promover ahí su obra, deben entregar sus piezas a un grupo de jueces, conformado por el jefe del Departamento de Artes Plásticas, los directores de la Escuela Nacional de Artes Plásticas y la Escuela de Pintura y Escultura, el presidente de la Asociación de Críticos e Investigadores de las Artes Plásticas y el director del Salón.
De esta forma, el Salón de la Plástica Mexicana se posiciona como un excelente recinto para recorrer lo más representativo del arte nacional contemporáneo, ese que nos llena de orgullo por su fantástica técnica, sus ricos colores y sus plausibles discursos. No dejes de visitar este recinto, para embelesarte con lo mejor de la plástica mexicana.
Salón de la Plástica Mexicana
Dirección: Colima 196, col. Roma.
Teléfono: 8647 5260.
